El café expreso es el resultado de la feliz intromisión de la tecnología en el arte culinario.
Me explico: a inicios del siglo 20 (si pongo dos equis me censura el número romano) se inventó en Italia una maquina que hacía el café de manera rápida, inyectando agua a presión y alta temperatura (vapor) en un cestillo cerrado de café.
El invento se creó, realmente, para que los empleados de una fábrica no perdieran tanto tiempo en prepararse el café, y el empresario lo vendió luego el sistema a otro grupo, que se forró al popularizar el café, ya que así las cafeterías podían hacerlo de manera más rápida y servir a más clientes (con lo que los beneficios aumentarían).
De un modo totalmente afortunado, resultó que el café desarrollaba más aroma, cuerpo y sabor por este método que por el tradicional hervido en infusión. Y pronto los italianos, sibaritas ellos, lo adoptaron como propio, desarrollando así múltiples formas y gustos.
El café americano es el digamos más tradicional. Se consigue filtrando agua muy caliente a través del café (las típicas cafeteras que hay que poner el filtro de papel y viene con una jarra debajo), suele estar más aguado y no desarrolla tanto aroma, ni cuerpo ni sabor.
El problema es que en muchas cafeterías, si pides un café americano, lo que te sacan es un expreso largo de agua y corto de café, ya que no disponen de esas cafeteras que tenemos casi todos en casa.
Abajo te dejo un enlace por si el tema te interesa.